El nuevo escenario electoral nos obliga a hacer un ejercicio de las posibilidades de ciertos grupos políticos con miras al 2016. Sabemos que muchas cosas pueden variar, pero por lo menos, es un ejercicio creo necesario, sobretodo con la cantidad de análisis fuera de la realidad de opinólogos.

Para empezar, con los más vapuleados a nivel de partidos nacionales. Fuerza Popular y el PPC, ambos sin superar el 2.5% en Lima, han demostrado ser dos de los grandes perdedores en las recientes elecciones. Y no sabemos aún cuánto esto afecta a Keiko Fujimori y Lourdes Flores respectivamente, pero por lo menos, les hace mella. Fuerza Popular pensando en el 2016, tienta cuatro gobiernos regionales en segunda vuelta –regiones Lima, Ica, Pasco y San Martín-, y el PPC tiene unas 7 alcaldías en Lima. Pero es nada comparado con lo que tenían o esperaban tener, pasando el PPC de 17 a 1 regidor en la alcaldía metropolitana.

El Apra, así como en Lima, ha perdido en todos los distritos limeños y en todas las regiones, en bastiones como Breña o La Libertad, con excepción de San Martín, donde irán como otros a la segunda vuelta contra Fuerza Popular. El otro vapuleado fue Diálogo Vecinal, que aunque ha sido vientre de alquiler, representaba a un sector de la izquierda del Frente Amplio que decidió apoyar a Villarán –sin Tierra y Libertad ni el MAS-, incluyendo al PNP. Del resto, todos han quedado muy limitados en sus éxitos locales en la capital, nulos en el caso de Acción Popular, el propio Dialogo Vecinal y sus primos hermanos del Frente Amplio, Fuerza Popular y el Partido Humanista de Yehude, aparte de los candidatos distritales de Altuve y Gonzáles. Magros resultados de Perú Posible, APP, Patria Segura, Siempre Unidos y Somos Perú, varios perdiendo distritos que antes tenían en la mano, como Siempre Unidos en Los Olivos o Perú Posible en VMT. A nivel nacional el escenario es mucho peor para los "frentes amplios" o los partidos nacionales. Creemos que a Arana y a Toledo les faltará tiempo para recorrer todo el Perú.

Respecto a APP, la maquinaria de las universidades y la “plata como cancha” ha hecho que los hermanos Acuña se consoliden en el ya no más “sólido norte” aprista, yendo en Apurímac a una segunda vuelta y ganando numerosas provincias y distritos a nivel nacional. Y Solidaridad Nacional, aparte de la aplastante victoria de Lima, ha conseguido algunas alcaldías en el norte, sobretodo en Lambayeque. Si volteamos a la izquierda, sólo el MAS con presencia nacional ha logrado ganar en la región Cajamarca, aunque con Goyo Santos en prisión y acusado de corrupción, es casi imposible que asuma la Presidencia Regional. Hasta aquí el resumen de la presencia de partidos nacionales y sus resultados en las elecciones. En casi todo el Perú, los movimientos regionales vuelven a arrasar, por ejemplo en Moquegua con el cuestionado Jaime Rodríguez, en Loreto con el MIL, en Huancavelica con el MIRA, en Ayacucho con el ARA, y en Madre de Dios, si nada cambia, entraría el promotor de la minería informal, Luis Otsuka.

En la mitad del país, habrá segunda vuelta a nivel de presidencias regionales, donde los favoritos provienen de movimientos regionales, varios cuestionados, como Waldo Ríos en Áncash, o el también en prisión como Gregorio Santos, Kleber Meléndez en Pasco. En Junín, Vladimir Cerrón, actual presidente regional de izquierda, pasa a segunda vuelta, como el APU en Cusco, o Tradición y Futuro en Arequipa. Y en Puno, Walter Aduvirí, del mismo movimiento que Luis Otsuka en Madre de Dios, tienta la segunda vuelta. En el resto del país, uno más que otros, también hay una completa desideologización de la campaña, pero con dos observaciones: Pocas reelecciones, lo que demuestra un hartazgo de las poblaciones con sus autoridades o el modelo de desarrollo local, regional o nacional, como sucede en la propia Cajamarca, Madre de Dios o Puno; y un retorno a apostar por candidatos cuestionados, comprendidos en actos de corrupción, regresando o retomando fórmulas pasadas, como en Lima Metropolitana, Cajamarca, Moquegua o Pasco, por dar algunos ejemplos.

Para que hacemos este balance con miras al 2016. Porque muchos de los Presidentes Regionales o autoridades locales del 2014, serán el soporte de las planchas presidenciales de aquí a año y medio, apoyando campañas o poniendo y metiendo congresistas, como en el actual Parlamento Peruano. Fuerza Popular de conseguir cuatro gobiernos regionales, tendría un gran respaldo en el centro del país, oriente y sur chico, pero a nivel poblacional, es poco. APP y su posible candidato PPK tendrían un fuerte respaldo, pues cuentan con La Libertad como una de las regiones más grandes en población, así como Lambayeque. Movimientos regionales de tendencia izquierda o derecha, apoyarían candidaturas nacionales de su tendencia. Y ahí, Ayacucho, Cajamarca, Cusco, Huancavelica, Junín, Madre de Dios y Puno, tienen un lado que podría ser catalogado como cercano al popular, zurdo, regionalista o nacionalista, por lo que podrían apoyar candidaturas del Frente Amplio o el Nacionalismo. Pero seamos honestos en decir que las posibilidades de la izquierda o el nacionalismo el 2016, sin candidatos presidenciales ganadores, o poca relación con el campo popular, con el desgaste de las actuales gestiones, es bastante débil. Habrá que invertir en una nueva estrategia de acumulación de fuerzas en los siguientes años 2016 y 2018.

Pero la cereza es Lima Metropolitana, concentrando Solidaridad Nacional una plataforma de 19 alcaldías nada despreciables, que bien podrían apoyar a un amigo con ego conocido. Claro que no es la regla, y tampoco los alcaldes distritales son militantes disciplinados, la mayoría enrolados en mutuo acuerdo –o negocio- para ir con el logo del solcito amarillo. Volviendo al Apra, que aunque quiera vender la derrota de Cornejo como un triunfo, ha perdido en todo el país y en todos los distritos limeños, lo que mermará el apoyo al 2016, confiando claro, en que la actual alianza con Castañeda le sea revertido. Por eso, sigo planteando que Alan García será el candidato del 2021, poniendo todo su esfuerzo en ser el Presidente del Bicentenario, anhelo compartido por otros, y esperando que la gente olvide los narcoindultos, acumulando fuerzas, aguardando un mejor número de congresistas que lo defiendan el próximo período, formando comisiones investigadoras a la actual gestión, desgastando a competidores. Por todo eso, y como ahora, el Apra tendrá un candidato propio el 2016 diferente a Alan, y el alanismo respaldara con todo a Keiko Fujimori ese año, para que no le reste votos el 2021…

René Galarreta

Lima, martes 7 de octubre de 2014