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ENTRE LENGUAJE DE CLOACA, RATAS ACHORADAS Y OTRAS PERLAS

Desnudando la hipocresía de la fraseología política y la libertad de expresión limeña

Publicado: 2014-11-21

Parece que Humala le ha hecho caso al Papa Francisco y como fiel seguidor del fray San Martín de Porres, comenzó a barrer a ciertos adversarios políticos, esos a los que Juan Carlos Tafur llamó la “derecha bruta y achorada”, por ese nivel político agresivo y destructivo que reparten a diestra y siniestra, en medio de un aniversario más de la tristemente célebre renuncia por fax del chino…

Recuerdo que el primer insulto fujimorista hacia Ollanta provino de una ex velasquista querida por sus aires de intelectual y discriminadora. El “cachaco mediocre” de Martha Hildebrandt fue motivo de difusiones sin rubor en la prensa peruana de siempre, que ni criticó ni se inmutó como ahora lo hace a través de Martha Meier y Jaime De Althaus, admiradores a ultranza del chino Fujimori y sus medidas económicas, a pesar de corrupción y violación de DDHH. Y tampoco se ofendieron cuando otro admirado por ellos, Alan García llamó “ratas” a los ex amigos que se festinaban con los lobbys evidenciados en los petroaudios. Pero bueno, al igual que Martha Hildebrandt, la concentración de medios le perdona este léxico a quienes consideran de su nivel “intelectual”, sin aún ser doctores. Lo que si me pareció raro, fue que aceptasen el insulto de “guasón” que le hizo el otro consentido de los medios, Kenji Fujimori, al Ministro Urresti, que en otras palabras, le dijo payaso. Y aquí si no hay ningún nivel intelectual que valga, salvo ser el hijo de un ex presidente presidiario, que quiere ser como su padre, y que el diario El Comercio protege y promueve, sin poder evitar sus “memes”. Casos especiales pueden darse en los insultos de Mauricio Mulder, que mandó a la “concha de su madre” a un cibernauta y suele insultar a otros políticos con frases caninas, como se lo hizo saber al Ministro Cateriano, al decirle “mayordomo de la Primera Dama”. El caso Martha Chávez, con sus ademanes harto conocidos durante el oncenio del chino, salieron a relucir en plena juramentación de Humala el 28 de julio del 2011 y ante la presencia de varios presidentes de Latinoamérica, que gozaron de los improperios de una señora, que ahora exige disculpas, mientras habla de “cositos”. Otros expertos en lenguaje bruto y achorado son Becerril, Velásquez Quesquén, Espadaro, etc...

No es la primera vez –ni la última- que el fujimorismo y el aprismo vienen usando ese lenguaje de cloaca para paliar su limitada capacidad de debate político, esa que Luis Alberto Sánchez o Javier Diez Canseco nos dejaron. En la época más oscura de la historia peruana, en los años 90, donde el fujimontesinismo compraba congresistas, jueces y medios de comunicación -canales de televisión y prensa escrita-, los peruanos eran bombardeados a diario con insultos y calumnias a líderes de los partidos políticos con opción presidencial, como Pérez De Cuéllar, Ricardo Belmont, Alberto Andrade y Alejandro Toledo. Antes, medios apristas como Página Libre y hoy, Impacto y La Primera –como otros más- vienen usando el mismo método del insulto y el adjetivo en portadas y primeras planas, con léxico que también suelen usar ciertos canales beneficiados durante los dos gobiernos de Alan. Mención aparte merece el Diario El Comercio, que con más cuidado, suele desinformar y calumniar en sus portadas, y desmentirse a sí mismo en su interior, así como en sus pasquines, los más conocidos en la faena del lodo con ventilador, como Perú21 y el Correo. Entonces si podemos afirmar que la libertad de expresión y de opinión se respeta en el Perú, tanto, que se exacerba en insultos y calumnias, esas que los políticos y sus medios afines hacen alarde, bajando de ya el nivel político. Keiko y El Comercio pueden respirar tranquilos, que del chavismo primigenio de Humala queda poco –sin fotos de bailes de trencito fujimorista con Hugo Chávez-. En fin, esa verborrea en la política peruana ya existía antes de que Humala dijese que el “fujimorismo nació de una cloaca”.

Para ser imparcial, debemos decir que el oficialista Daniel Abugattás, en estos últimos tiempos, es quien ha convertido el lenguaje soez, en su sello distintivo, explotado en una parodia a través del “lisurattás”, imitación del comediante J. Benavides. Y sin justificarlo, es al mismo tiempo motivo de fuerte aceptación en población, y en medios, esos que ahora se escandalizan por Humala. Aunque a diferencia de la Martha Chávez, aún es un bebé en pañales. Y aquí meditamos que la inmunidad de ciertos “padres de la patria” hace tiempo que se deformó en impunidad, al punto de que cada mentira, calumnia e insulto, repetida “n” veces por la misma escuela dejada en el Congreso por Vladimiro Montesinos, suele darse por cierta y es difundida con morbo por las cajas de resonancia de la concentración de medios. Basta recordar las últimas campañas del 2006 y el 2011, sin dejar de lado las del 2010 y 2014, en algunas florituras como las expresadas en el famoso “potoaudio”.

Ante esa hipocresía política y mediática, se deja entrever que Humala sin querer queriendo, nos ha hecho recordar lo peor del fujimorismo, algo que incomoda a varios, desviando la atención de los casos López Meneses y Martín Belaunde, que son a su vez, cortinas de humo de los opositores en el fujiaprismo, expertos en enlodar todo, tratando de salpicar al gobierno a implicados en casos de la corrupción fujiaprista, como Montesinos u Orellana, para que nos olvidemos de narcoindultos, de Pastor, de los hermanos Velásquez Quesquén, etc. Como dicen, Humala se ha hecho una, y ha intentado desmarcarse de la corrupción, sobretodo, desligarse de lo mismo que prometió no ser, un político tradicional más, acostumbrado al status quo, enriquecido con favores y operadores. No dejamos de mencionar otra “cortinita de humo” en el tema de la Federación Peruana de Fútbol, ya promovida por Urresti, y ahora Abugattás, éste último, ligando a Delfino y Burga, al fujimorismo.

Como muchos pueden ver, la campaña 2016 sigue calentando, y el fuego cruzado entre oficialistas y opositores, con boicots y cortinas, se incrementará, aún más que de la primera arremetida por la negativa del indulto a Fujimori, y la segunda ola ante narcoindultos. Y mi reflexión final es que me parece ridículo que se exijan disculpas al Presidente, aquellos que se han encargado de insultar y denigrar la política peruana a fines del siglo XX, y hasta el día de hoy, en cada debate congresal y furibunda interpelación ministerial. Lo cierto es que la libertad de expresión y de opinión no es de exclusividad de unos cuantos señorones de los medios masivos; de congresistas que confunden la inmunidad con la impunidad; o de periodistas free lance en medios alternativos que hacen política sujetos a los límites de la ley; sino que es un derecho humano que todo peruano de a pie tiene, sin caer ni llegar al extremo de insultar ni calumniar. Y aquí, debo lamentar que algunos defensores de nuestra libertad de expresión, dejen de lado esos preceptos cuando enfrentan el debate alturado de ideas, o no soportan la razón en el cruce de palabras, confundiendo adrede el sustento político, con troleo. Y este mensaje final es para mis amigos Augusto Álvarez Rodrich, Rosa María Palacios y Claudia Cisneros, que haciendo buen uso de su libertad como Marco Sifuentes o Heduardo, suelen bloquear en twitter a quienes les hacen ver sus errores, cuando entran al límite de la especulación. Esperamos que en este caso, los egos no sean tan colosales, y admitan que los excesos en medios masivos y alternativos, tienen víctimas, como Paul Olórtiga o Rosario Sasieta, y que la libertad de expresión, no soez, se acepta de todos. Y que al menos Álvarez Rodrich sí se disculpa en público ;-)

René Galarreta

Lima, viernes 21 de noviembre de 2014


Escrito por

René Galarreta

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René Galarreta Achahuanco

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