A la injusta censura de Ana Jara, cuestionada por la mayoría de peruanos, la entrada a la PCM de Pedro Cateriano, parecería indicar un deseo de confrontación del gobierno –iniciada por partidos opositores en el parlamento-, o un eventual cierre del congreso. Nada más lejos de la realidad… 

Para empezar, muchos parecen no conocer a Pedro Cateriano. Fue diputado por el Movimiento Libertad y el FREDEMO liderado por Mario Vargas Llosa, que en el año 1990 disputó la presidencia con Alberto Fujimori. Abogado constitucionalista, fue defenestrado el 5 abril de 1992 producto del autogolpe en el Perú. No está demás decir que tiene una posición liberal; criticaba duramente las corruptelas y estatización de la Banca del gobierno aprista saliente de Alan García, que nos llevó a la hiperinflación; y tenía una férrea oposición al fujimorismo, que se acrecentó luego de 1992, por los casos de corrupción y violación de derechos humanos del oncenio. Incluso, perteneció al FIM de Fernando Olivera, otro crítico de Alan García, escribiendo Cateriano en 1994, el libro “El Caso García”, ventilando detalles de la comisión investigadora contra el aprista. Durante el gobierno de Toledo, fue viceministro de justicia, y ahora, ex ministro de defensa. También ha sido profesor en derecho constitucional y representante del Perú ante la Corte Interamericana de DDHH. En suma, Cateriano, ante el temor que quieren promover medios y opinólogos, tiene una fuerte convicción democrática, y que es un crítico antifujimorista y antialanista, por la corrupción de sus gobiernos.

Por ello, resulta no creíble la versión que el gobierno quiera forzar al cierre del Congreso Peruano, con alguien que fue víctima del autogolpe de 1992. Y en todo caso, los que ahora forzarían este escenario son los propios parlamentarios, si es que son coherentes. El fujimorismo y el alanismo, con sus bancadas en el Congreso, deberían votar en contra del voto de confianza, pues Cateriano ha sido siempre criticado e interpelado por ellos. Bancadas como Dignidad y Democracia o AP-FA, quienes también votaron contra Ana Jara por la acumulación de otros aspectos, como el laboral o Petroperú, deberían sumarse nuevamente al fujiaprismo, al no cambiarse ni al ministro de trabajo, de economía, o de energía y minas. Solidaridad Nacional, al que tampoco se le dará ningún favor a cambio de sus votos, como pedían en la censura de Ana Jara, deberían pues negarle la confianza. Allí nomás ya habrían 66 votos, sin agregar a los volubles e indecisos de PPC-APP y Unión Regional.

Pero seamos realistas que los parlamentarios peruanos no se arriesgarían a perder sus puestos, sus sueldos y sus gollerías. A lo mucho, se abstendrán, esperando presionar, aunque su manejo político se haya vuelto limitado. Muchos, que ni siquiera saben cómo llegaron al Congreso, y que tienen pretensiones electorales, saben que un escenario de crisis prolongada victimizaría aún más al gobierno. Luego de julio, todos estarán concentrados en sus campañas politiqueras, y durante 4 meses, Cateriano podrá lidiar el embate político, establecer nexos nuevos, poniendo a raya ciertos excesos fujiapristas que se pintan de democráticos, cuando son y representan todo lo contrario. El currículum de Cateriano deja entrever a un demócrata a carta cabal, que ha sido reivindicado por el gobierno en su lucha contra la corrupción fujiaprista. Esperamos que se entienda por el resto.

¿Qué sucederá en el corto plazo? Se seguirán escuchando los lamentos de los opositores, más de los fujiapristas con ayuda de la concentración de medios en el país, pero también de opinólogos y de aquellos que sólo parlamentan, pero poco aportan al desarrollo peruano. En los próximos días se querrá endilgar el tufillo golpista al gobierno, por aquellos políticos y sus tontos útiles que no pasan del 10% de aprobación, y que sin duda, seguirán desconectándose de la población por sus necedades. Y aunque dudo del cierre del congreso, es seguro que será un escenario de entera responsabilidad de los congresistas, acostumbrados a tener 5 minutos de fama, cada 5 años…

René Galarreta

Lima, viernes 3 de abril de 2015