Como ya habíamos previsto, y al igual que Villarán, el gobierno de Ollanta Humala pasa por otro gran debilitamiento el último año, producto de errores propios, abandono de aliados y la acción conjunta de opositores políticos y mediáticos. El último año de Ollanta tendrá iguales eventos…

La evaluación gubernamental tiene componentes políticos y tecnocráticos, pero lo segundo lo dejaremos para después. En lo político, y empezando por los errores propios, hemos visto una débil capacidad de los voceros partidarios, para poder enfrentar el embate mediático. A nivel del congreso, con la elección raspando de Ana María Solórzano, se sabía que ésta pérdida de la mesa directiva era cuestión de tiempo. También se preveía el abandono de Perú Posible, previa a la campaña presidencial, que de hecho, se evidenció en la última elección, votando contra Zeballos, y a favor de Iberico, el candidato apañado por el fujiaprismo. Pero otros errores pasan por la pobre capacidad política también de varios funcionarios de gobierno, los ministros, a pesar del inicial paso dado por Cateriano. Leyes funestas, como la laboral juvenil, o la puesta en segundo plano de aspectos de seguridad ciudadana, la mediocre gestión de los sectores, o los derechos ciudadanos, no hacen sino alejar al gobierno del sector poblacional urbano más empapado con la sobrecarga mediática opositora. Eso sin contar con el incipiente manejo partidario de las problemáticas que iban apareciendo. Un gobierno aislado, al que 80% de la población de izquierda rechaza y 80% de la derecha también. En este punto, el alejamiento de más congresistas este año u otros que juegan como independientes de alguna estrategia partidaria tipo Abugattás, Chehade, Espinoza o Jara, no hacen sino comprobar que más que un partido, se está ante un cúmulo de egos, no tan parecidos al del colosal, pero sí pretendiendo llegar a emularlo, complementados por una serie de sobones y advenedizos en política, que fungen de asesores en las altas esferas, indicando que todo va bien y que se está en el camino correcto, sobretodo para sus bolsillos. Y la mayoría no pertenecen al PNP o nacionalismo. En ese sentido los Presidentes de gobierno y CEN, tienen también responsabilidad.

Respecto a los aliados, tenemos que empezar por la población, a la cual nos debemos antes de a cualquier alianza electorera de última hora, como suelen hacer muchos en la derecha e izquierda. Y aquí también se ha fallado. Programas sociales que llegan a las zonas más alejadas, pero con la población creyendo que son por gestiones locales; otros que se tiran la plata con apoyo de cajeros de bancos, y varios que retrasan el apoyo ante necesidades urgentes, alejan lo poco que se tiene de respaldo político a la gestión. A nivel de partidos, Toledo percibe que lo han abandonado, pero es evidente que la posición de la Fiscalía, que puede parecernos justa, es apurada por opositores para debilitar al último aliado del gobierno. Congresistas nacionalistas que están coordinando con la derecha, para ver cómo se acomodan al final del gobierno, u otros, que dejando el nacionalismo empiezan sus aventuras en la izquierda, siendo condescendientes con etnocaceristas, el movadef, o los mineros informales, para pasar su 0,5%, no hace sino hablar por sí sola, de la mediocridad de la clase política, de esta parte del espectro. Y el nacionalismo parece plantado, sin nuevas figuras.

En cuanto al embate opositor, es evidente que la propalación semanal de ataques contra Nadine Heredia, Presidenta del Partido Nacionalista, o de los voceados precandidatos, va en la línea del retorno del fujiaprismo al poder. . Aplican la misma receta, de ocuparlos en investigaciones, como antes procesos judiciales a Ollanta. Mientras Panamericana TV no toca ni con el pétalo de una rosa a Alan o a Keiko, la concentración de medios de El Comercio intenta emparejar a Keiko, PPK y Alan, para que los tres tengan las mejores opciones de pasar a segunda vuelta. El embarramiento de todo lo político, para que la derecha pase piola, es parte de la estrategia, como también lavarse la cara con ayuda de la obtención de la Mesa Directiva, reflotando sus leyes. Y la izquierda, al menos sus dirigentes, no aprovechan al máximo todo el acceso mediático que tienen, donde terminan de lapidar sus opciones, atacándose entre ellos o al gobierno, que para la derecha, es de izquierda, o para mostrar su falencia en cuanto a propuesta programática, en comparación de la derecha y sus tres puntales. Y a pesar que los zurdos insistan en tildar al gobierno de derecha, la población va en sentido contrario, poniéndolo en la centroizquierda. Y en este punto volvemos al ejemplo de la Villarán. La derecha, sus políticos y medios, quieren hacerle creer al Perú, que Ollanta representa ese sector político, que no debe volver a gobernar por su incapacidad política o de gestión, y con él, toda la izquierda y sus variantes. Que vuelvan de dónde nunca debieron salir. En ese sentido, lo sigo afirmando, Villarán y Ollanta, le han hecho daño al sector zurdo, por errores propios, pero la izquierda se sigue autodestruyendo sin darse cuenta, buscando ser la opción de una población que ha cambiado, y que poco tiene que ver con conceptos ambientales, extractivismo, Marx o cuanto rollo hippie se les ocurra. Y si no se dan cuenta de eso, seguirán lamentándose aún de sus errores.

Finalmente, algunos consejos de real politik. Para estas elecciones, en vez de buscar outsiders o tratar de convencer a algún candidato presidencial simpático con arrastre, para salvar la valla, o para poner a unos cuantos congresistas con ego semi-colosal, se debe repensar el discurso, acorde a los cambios propios de la sociedad en la última década, acompañándolo de una priorización del fortalecimiento organizacional, dejado de lado por varios. Se ha crecido económicamente, sí, pero no se reducido la desigualdad. Siguen habiendo niños muertos por el friaje, difuntos por conflictos sociales, fallecidos por accidentes de tránsito, y asesinados por la delincuencia y el sicariato. Y para ser un cadáver político, sólo se necesita no ver lo que sucede en el entorno. Pero lo peor, no tener propuesta política ni candidatos que representen las justas demandas de la población peruana...

René Galarreta

Lima, lunes 27 de julio de 2015