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HEDUARDICIDIO APARECIDO EN EL DIARIO PERÚ21 EL 20/08/2015

SI YO FUERA EL OUTSIDER

(AUNQUE TAMBIÉN SIRVE PARA CUALQUIER PRECANDIDATO DE ÚLTIMA HORA)

Publicado: 2015-08-22

La última encuesta de Datum ratifica lo que ya sospechábamos; que existe un éxodo de toledistas hacia la “frescura” de PPK, así como la debacle de Alan García, producto de los escalonados casos de corrupción tipo mansiones, plata llega sola, narcoindultos y lavajato. Urresti, a poco de 8 meses de la elección presidencial, tiene 5%, y la izquierda, en 0.4%. Casi una foto del año 2005. Veamos…

En agosto del 2005, Ollanta tenía un 5% según Datum. La prensa decía que Paniagua y Lourdes Flores, que encabezaban las encuestas en dicho año, se llevaban las elecciones. Pero eso no sucedió. ¿Cuáles fueron los motivos para que los que encabezaban las encuestas, cayeran? Una teoría, es el desgaste, otra, el sentimiento peruano de votar por el débil (¿Ollanta?). Pero otro análisis, arrojaba que, ante el status quo, la población buscaba una alternativa que le ofreciera lo que en ese momento era su mayor preocupación: pobreza, desempleo y corrupción, precedidos de los conflictos sociales, territoriales, ambientales y sindicales, en todo el Perú. Ahora, en el año 2015, las preocupaciones mayores de la gente van por el lado de la inseguridad ciudadana, y otra vez, corrupción y empleo. Variables cubiertas, como la educación y la salud, no son preocupación, aunque a título personal, sí lo es la derogación de la ley universitaria y la Sunedu, propuesto por Alan, Keiko y PPK. Y aspectos ambientales, aún son muy débiles como para movilizar un electorado nacional alrededor de este tema. Un punto soslayado por los candidatos, el relativo a los derechos humanos y civiles, va cobrando importancia, en una población del tipo clase media emergente y/o consolidada. Algunos no la están viendo, pero quien haga un buen análisis región por región de la problemática social, con respuestas y propuestas claras que las atiendan, tendrá seguro respaldo.

Hace diez años, en el 2005, donde la izquierda tampoco tenía claro el norte –con Diez Canseco, Moreno y Villarán postulando a la presidencia, sin más chance que los votos de sus militantes y/o 0.5%-, Ollanta Humala fue representando el malestar de los peruanos, o quizá, por las razones ya expuestas en el párrafo anterior, y así ser respaldado por un 30% en primera vuelta, algo que se repitió el 2011. Ahora el nacionalismo y la izquierda, a diferencia de la derecha y DBA, están usando muy bien el término de “precandidato”, para legitimarse ante bases y al parecer, con la anuencia de los líderes de estas opciones. Urresti, así como cualquier precandidato, deberá pasar por una elección interna y entendiendo esto, está viajando y visitando las bases a nivel nacional, para obtener ese respaldo político en la próxima asamblea, cuyo plazo máximo para realizarse vence en diciembre de este año. En el lado zurdo, el Frente Amplio (Tierra y Libertad) y sus aliados, apuestan por elecciones primarias, donde legitimarán correctamente una opción presidencial, que luego, negociará con los otros dos candidatos naturales de la izquierda. Patria Roja, como siempre, listo para inscribir a Goyo Santos en una precandidatura y movilizar a todos sus militantes, para alguna primaria zurda. En un ambiente enrarecido de corrupción política, donde ni se salva el gobierno de turno, debido a una estrategia maquiavélica como sólo le gusta a Alan García, nuevas propuestas presidenciales con opciones, son reales, pero también, plausibles de ser destruidas, por debilidad o inexperiencia. Candidatos acusados de violar DDHH, como Ollanta el 2005, tendrán a toda la izquierda y derecha encima, en vitrina de los medios y sus empresarios que lucran del Estado. Candidatos sin logros conocidos y que esperan que el Estado le resuelva la vida a todo el planeta, tendrán el rechazo de la población que se mata trabajando y no depende del Estado, un 70% de informales en el Perú.

Lo primero que debería hacer un outsider, es formar su comando nacional de campaña, uno, de su entera confianza, que no filtre agendas ni lo traicione una vez llegado a un cargo, por la fama de 5 minutos. Ese comando deberá tener articulación nacional y programar sus visitas en las regiones, donde el respaldo a su candidatura exista. Lo segundo y creemos más importante, es contar con el equipo técnico que elabore propuestas y brinde ideas, más allá de la inseguridad ciudadana, o la corrupción (y en el caso de la izquierda, el tema ambiental o los derechos laborales). El electorado tiene múltiples expectativas, en orden diferente de prioridad, y un buen plan de gobierno, alberga esas demandas. Ni pensar copiar el plan de gobierno de la Gran Transformación, rehecho por Félix Jiménez, un mamotreto de 200 páginas que confundía a los votantes, repitiendo textos completos. Un nuevo plan, acorde a los tiempos, como el que se construyó el 2005, el Llapanchik original, que fue mucho más ordenado y consensuado, entre Gonzalo García Núñez y Raúl Morey M. (q.e.p.d). Lo tercero y también importante, es tener voceros candidatos que representen esas demandas, y lo más importante, que hagan suyo el plan de gobierno, por lo menos, leyéndolo. No advenedizos ni desconocidos que sólo esperaban el arrastre del presidenciable -elegidos por un comité de tres gatos, que escogieron a los tránsfugas del 2006 y a los peores del 2011-, sino personalidades y/o militantes que movilicen votantes y brinden lo que casi nadie brinda: esperanza. Tampoco a esos que a sabiendas que en sus regiones nadie los quiere, quieran reelegirse para seguir en lo mismo. La plancha presidencial como costumbre, coherente al programa y que complemente al outsider. Finalmente, un competente equipo de prensa, que traduzca la visión de país del precandidato y la haga digerible a la gente. Nada de exabruptos que desencantan, o vídeos caseros que deprimen. Y en cuanto al dinero de campaña, ni preocuparse. Cuando el outsider suba, sobrará, y con chantaje, tocando la puerta del partido y hogar, tentando y cambiando principios, para venderse y/o ganar.

El tiempo es corto y a estas alturas, estos tres temas ya deberían haberse trabajado. El outsider no necesariamente es pobre, podría ser de derecha, como algunos construidos por la concentración de medios y el alanismo, para restarle votos a PPK y Keiko. Pero tendrá muy poca chance, pues la población que no votaría por la derecha, construye el outsider desde el lado inverso. Pero como a los precandidatos del nacionalismo y la izquierda los anima la última hora, y la presión para salvar vallas e inscripciones partidarias, es de seguro que ni han constituido su comando de campaña, ni su equipo técnico, ni voceros, ni candidatos tentativos, ni grupo de prensa, esperando abordarse todo recién luego de las elecciones internas o primarias de octubre, es decir, cuando ya Alan, PPK y Keiko hayan presentado sus planes de gobierno, pintado todo el Perú con sus siglas y símbolos en paredes alquiladas y resguardadas, y habiendo hecho alianzas con movimientos regionales y personalidades que representen sus propuestas. Cuidarse mucho de esos asesores y eruditos que tocan a la puerta con su CV en mano, y que se creen la última chupada del mango, o de gente que no representa ningún cambio ni renovación en la política, que rogarán, llorarán y harán de todo para unirse y acceder a información privilegiada del entorno o cúpula, para su beneficio particular (¿infiltrados?). Mezclarse o ser vientres de alquiler de partidos cuestionados ya no es tan rentable, no olvidar que hay sumas que restan, bancadas de romanos, y frentes que se llevan la unidad. Las alianzas con grupos que tengan similares principios es una mejor idea, y con símbolos de fácil recordación. Los errores de Ollanta y Villarán, sirven mucho para hacer una campaña inigualable.

Como ya es una regla en el Perú, gana votos y las elecciones quien más se vaya al centro, que en este momento, es la mayoría de peruanos. Discursos maximalistas y minimalistas no sirven. Temas complejos, dárselos a quien sepa explicarlos, no a señorones tipo Bruce o Tapia, que polarizan en vez de unificar –aunque a veces sirva, pero no viniendo de desgastados politiqueros-. No pelearse con todo el mundo, que en la segunda vuelta, se va a necesitar todo el respaldo de los perdedores. Buscar el objetivo programático a abordar, y el antagónico a enfrentar, para estar en la palestra. Al final, quien represente esa esperanza de la población ante los problemas actuales que lo aquejan, o quien suba desde ese 0.4% o 5%, colmando expectativas en medios y plazas, ese será a quien la población respaldará, quitándole votos a uno de los punteros, entre Keiko y PPK. Los peruanos, construimos nuestros candidatos, ante la casi nula oferta de líderes, éticos y ejemplarizantes…

René Galarreta

Andahuaylas, sábado 22 de agosto de 2015


Escrito por

René Galarreta

Un Idealista Material y un Materialista Ideal...


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René Galarreta Achahuanco

Ver la política, desde la práctica a la teoría, y luego, sólo después, al revés...